El Parque Marino situado en Fuentelucha, es un área de juegos infantiles de 499 m², creada con una temática marina vibrante. Este espacio está diseñado para que los niños puedan dar rienda suelta a su imaginación, con estructuras que combinan colores vivos y atractivos.
El proyecto incluyó la aplicación de una protección anticorrosiva de grado C5 en todas las estructuras del parque, asegurando su durabilidad y resistencia frente a las condiciones climáticas y el uso constante. La elección de una protección anticorrosiva de este nivel garantiza una defensa robusta contra los efectos de la humedad y otros factores ambientales que podrían comprometer la integridad de las estructuras metálicas. Esta protección es esencial para mantener la seguridad y la funcionalidad del área de juegos, especialmente en un entorno donde la interacción constante con los niños y las condiciones del clima pueden acelerar el desgaste.
La pintura industrial aplicada no solo sirve como una barrera contra la corrosión, sino que también contribuye al aspecto estético del parque. Los colores vivos y duraderos utilizados en el proyecto ayudan a crear un entorno atractivo y acogedor para los niños, fomentando un espacio donde pueden jugar y explorar con entusiasmo. Además, la calidad de la pintura asegura que los colores se mantengan vibrantes y frescos a lo largo del tiempo, resistiendo la decoloración y el deterioro que podrían resultar del uso diario y la exposición al sol.