El éxito de un recubrimiento industrial no se mide solo por su apariencia, sino por su resistencia, durabilidad y capacidad de proteger la pieza a lo largo del tiempo. Y todo eso empieza en un punto crítico que a menudo es invisible para el cliente final: la adherencia.
Una buena adhesión es la base de un recubrimiento eficaz. Evita problemas como el DESPRENDIMIENTO de la pintura, la corrosión prematura o el desgaste acelerado. Pero garantizar una adhesión óptima no depende únicamente de la pintura. Requiere un análisis detallado del sustrato, un proceso de pretratamiento riguroso, la elección del sistema de recubrimiento adecuado y un control de calidad exhaustivo. Este es el proceso que seguimos en Mestres Pintura Industrial, y te lo explicamos con detalle.

1. Conocimiento técnico del sustrato: el punto de partida imprescindible
Todo recubrimiento se aplica sobre una base, y conocer en profundidad esa base es esencial para garantizar la adhesión. Esto implica:
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Identificar el tipo de material: acero al carbono, acero inoxidable, aluminio, acero galvanizado, zincado u otros metales compuestos.
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Analizar las condiciones de la superficie: presencia de óxido, grasas, polvo, restos de mecanizado o agentes contaminantes (como calaminas superficiales, pasivados, etc.).
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Tener en cuenta el uso final de la pieza: interior, exterior, ambientes marinos, exposición a productos químicos, etc.
Por ejemplo, una pieza galvanizada que se instalará en un entorno costero requerirá un tratamiento muy distinto al de un componente de acero destinado a interiores con temperatura estable. En Mestres realizamos una evaluación técnica previa para determinar las necesidades reales y optimizar cada fase posterior.
2. Pretratamiento de superficie: la clave invisible de la calidad
Uno de los errores más comunes en los proyectos de recubrimiento es subestimar la importancia del tratamiento previo de la superficie. Este paso no es opcional: es fundamental para garantizar una unión sólida entre el recubrimiento y el sustrato.
Según el tipo de material y el nivel de exigencia del proyecto, aplicamos:
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Tratamientos químicos: desengrasado/fosfatado alcalino o ácido, decapado y pasivado.
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Tratamientos mecánicos: arenado, granallado o abrasivos especiales, para aportar rugosidad o limpieza física en profundidad.
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Tratamientos combinados: para casos en los que se requiere una activación química y mecánica de la superficie.
Estos procesos permiten eliminar contaminantes, preparar la rugosidad adecuada para la fijación de la pintura y crear una superficie químicamente activa. También mejoran la resistencia a la corrosión y contribuyen a prolongar la vida útil del recubrimiento. Todo este proceso se realiza bajo estrictos controles y con la máxima trazabilidad para garantizar resultados repetibles.
3. Elección del sistema de recubrimiento: una decisión estratégica
No todos los proyectos tienen las mismas necesidades. Por eso, elegir el sistema de pintado correcto es una decisión estratégica que influye en el rendimiento, la estética y la funcionalidad de la pieza.
En Mestres trabajamos con dos grandes sistemas:
Pintura en polvo
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Aplicación electrostática sin disolventes
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Ideal para piezas metálicas expuestas a entornos exigentes
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Gran resistencia a la intemperie, los golpes y la abrasión
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Sostenible: menos emisiones de COV y mejor aprovechamiento del material
Pintura líquida
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Más versátil para formas complejas o materiales especiales
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Ideal para acabados estéticos de alta calidad o especificaciones técnicas muy concretas
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Apta para sectores donde la uniformidad visual es clave (automoción, diseño, ferroviario…)
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Permite el retoque tras la aplicación de la pintura
La elección también implica definir correctamente:
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El tipo de pintura (poliéster, epoxi, poliuretano, etc.)
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El espesor requerido
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La temperatura y el tiempo de curado
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Las condiciones de aplicación (cabinas, ambiente, humedad, etc.)
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Y si es necesario el uso de imprimaciones
Estas variables se personalizan para cada cliente, garantizando un recubrimiento que no solo se adhiere, sino que funciona, perdura en el tiempo y mantiene su calidad.
4. Control de calidad: verificar antes de instalar
Una vez aplicado el recubrimiento, es necesario comprobar que la adhesión sea real, profunda y resistente al paso del tiempo. En Mestres implementamos protocolos de control de calidad específicos para cada proyecto. Todo este control nos permite asegurar que cada pieza que sale de nuestro taller cumple con los estándares más exigentes, tanto desde el punto de vista técnico como estético.

En resumen: la fórmula Mestres para una adhesión perfecta
La adhesión no es una casualidad: es el resultado de un proceso técnico riguroso que combina conocimiento, tecnología y experiencia.
Las 4 claves de nuestro enfoque son:
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Diagnóstico técnico del sustrato
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Tratamiento previo personalizado
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Elección del sistema de pintado óptimo
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Control de calidad riguroso y medible
Este es nuestro compromiso con cada proyecto, sea grande o pequeño.
En Mestres, no pintamos. Protegemos. Reforzamos. Garantizamos.
Con más de 100 años de experiencia en el sector y una metodología propia 360º, en Mestres Pintura Industrial no nos limitamos a aplicar pintura. Nos implicamos en todo el proceso para garantizar que cada recubrimiento sea una solución técnica duradera, segura y adaptada a las necesidades específicas de cada cliente y sector.
